mardi 30 décembre 2014

traduction performative de La mujer de ambar de Ramon Gomez de la Serna



los libreros son muy senioritos y quieren tener todas las facilidades, que se lo curren, como antiguamente un librero que quisiera autores exiliados para los estudiantes tenia que conseguirlos de contrabando

a mi las librerias francesas me piden mis libros para su propia clientela y en espania los tengo que llevar yo a los libreros y hacerme el simpatico, pero no se los firmo

ademas me voy a morir seguro antes de terminar de numerarlos

que firma solo es pagando mas si es por correo y por amistad o amor

o dibujo tu ya sabes

aunque a un pintor chino muy institucional en el partido comunista de alli yo todo servil pero con resabio le regalé un retrato a la tinta en la pagina de guarda, un retrato de él y encima menos feo que al natural

seguro que el comité central le ha ordenado ya destruir el ejemplar, no son finos los chinos

Margarita Bokusu Mina (Genes)

traduction performative de La mujer de ambar de Ramon Gomez de la Serna

PXXR GVNG ~BURGUNDY~ (STUDIO PERFORMANCE)

dimanche 28 décembre 2014

El estadio del espejo

El estadio del espejo.


Le bateleur

Los lagartos polícromos se entrecruzan sobre la moqueta de gastada blancura. Una cabra nos introduce en el blanco prostíbulo. Los lagartos entran en las grietas inferiores del edificio veraniego. Seguimos a esta cabra que nos habla con acento internacional. Una habitación.

LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO

Manolo engrasa con caballuna diversos objetos sexuales que están sembrados en la alta mesa. Hay detectores de orgasmo que se introducen por el culo. Hay alargadores del falo que son muy eficaces, dotados de una succión que no duele. Hay emisores de gases afrodisíacos. Hay vibromasores. Hay calzoncillos de cuero. Hay liliputienses que practican el coito sobre los burós. Hay estampitas milagrosas de animales que quitan el stress.

Cosméticos de la voz,
Como la clara de huevo
O el baretico.

Manolo vierte claras sobre la silla magnética que gime y jadea. Las pelucas móviles, los espejos de pornografía para las señoras galantes. Los inútiles calentadores de senos. Las lenguas teatrales que producen sonrisa y que vienen presentadas en forma de tubo. Hay pomadas que curan todos los males venéreos con sólo un poco. Hay paredes que besan y discos de vinilo que hacen comentarios. Hay dientes de ajo que se absorben por la piel y mantienen las erecciones y parecen droga. Todos están en la mesa o sobre pilas de novelas francesas y de informes en inglés y manuales en sueco a los lados.

Proclus, Commentaires sur le premier livre des Eléments d’Euclide, trad. Ver Eecke, Desdée de Brouwer.
Albert Lautman, Essai sur les notions de structure et d’existence en mathématiques, Hermann, 1938.
Nouvelles recherches sur la structure dialectique des mathematiques, Hermann, 1939.
Le problème du temps, Hermann, 1946.

“Podemos concebir entonces de un nuevo modo las relaciones de las matemáticas y el hombre: no se trata de cuantificar ni de medir las propiedades humanas, sino de problematizar los acontecimientos humanos por una parte, y por otra, de desarrollar como acontecimientos humanos las condiciones de un problema.”

    Ciertamente a veces para ejercer la magia las bellezas de aquí adquieren aires de perversidad, de satanismo. Se maquillan con extraños signos de interrogación, impostan la voz, parecen histriónicas en sus movimientos mientras hacen pases con sus espejos de mano.
    El mundo ya no es un jardín por el que se pueda pasear. La policía acecha. No existen las formas y cuando nuestra mente explota y echamos a volar descubrimos estructuras gigantescas reposando en el infinito, como si la osamenta del cosmos estuviese ya dispersa por el saqueo de inimaginables perros supralunares. La angustia es máxima. El viaje tiene santuarios, pero los visitamos en la noche y con la incertidumbre de encontrarlos desiertos o habitados por demonios hostiles. Las estrellas no se acuerdan de su origen, o cuentan historias sin verosimilitud. Las constelaciones son pequeñas provincias con impíos cinturones de castidad. Sólo los planetas parecen sugerir un tímido ritmo.

Primera belleza: De los utensilios de la mesa escojo el espejo de mano. Me da alegría mirarme, y lánguida mi mano lo ofrece.

Segunda belleza: Mírate, neófito, y descubre en el mercurio las miradas decadentes del zodiaco.

Tercera belleza: Ahora dirige tus ojos entre mis piernas que se separan. ¿Qué ves? No cabe duda de que la Diosa ha dado su imagen a la mujer para que pueda procrear lo humano. Y en mi vulva de extranjera adviertes el sentido de Sofía que da a luz el Logos. Te parezco muy extrema. Los diálogos domésticos de los astrólogos se dejan oír en la habitación de al lado, semejantes a la voz de las masas. Acércate a mí para que yo te diga al oído el sentido de mis lapsus.

Mono de Gibraltar: Toma café, no te duermas. Debes escribir después de yacer con ellas.

Primera belleza: En el simio el dios se expresa. Parecen gestos humanos sus manos que señalan sin querer. Has creído entenderlo porque parece que habla, la poesía hace cosas semejantes a palabras. Las ocurrencias que tenemos durante la ceremonia están siendo grabadas en una cinta de sonido en este aparato. No oirás al mono hablar después, sino ruido. ¿Acaso te ha dicho que vamos a hacer el amor? ¡Cómo! ¡Tu cuerpo que se desnuda es de utopía! ¡Has comprendido pronto la finalidad de nuestra liturgia!

Júpiter “tonante”

mardi 23 décembre 2014

lumpen artist

El que los cerdos insultan
sea como sea tendra mi simpatia
existe asi una a modo de CONCIENCIA DE CLASE
a medida del artista
neopobre snob anarquista de salon torero de salon
venid hermanos, en mi estudio empezaremos de nuevo
empezaremos de nuevo la revolucion


Los jóvenes de la marginalidad mayoritaria son todos melómanos, 
la intensidad de sus vidas está en la música.
Los fúnebres abuelos están queriendo 

condenar toda la familia de su primogenitura
infeliz navidad
es como la zarpa de la hidra familiar
que me pesa sobre los hombros
es el mar desfigurando los castillos
es el Tiempo agazapado en el pecho



Estoy muy colgado por una malagueña
dormimos en el hotel y en el hotel pasamos casi todo el tiempo
cosa excepcional la visita al CAC
ella es escritora, con una vida quijotesca y picante
 que contar en un montón de novelas

efectivamente he pintado acuarela y dibujado
entre el total de días que hemos pasado juntos
la producción no es mucha, pero tiene caché
ella dice « dame un buche de tu café »




Manuel es usted un hombre afortunado. Arte, literatura, sexo, todo en el mismo paquete de una tacada. Disfrútelo! (nota de F T, el prestigioso artista contemporaneo)

*
por decirlo en plan flamenquito

*

todo es posible para el músico
los aullidos del artesano de la luna
la bebida de humo que me he dado en el tiempo
en el tiempo de nuestra union
nuestra union que espero madrugar para ir con mis dos maletas


 

mercredi 10 décembre 2014

Human Expression - Calm Me Down

Tango

Me transformé en duende y daba conferencias sin saberlo
durante la guerra
Yo no estaba en el cuerpo ? si yo si estaba

Operando los interruptores natales
yo sentía pasar el pulso del universo
mirando en las guedejas laterales
mi beso disperso

Ocasión beso tu pelo
aunque los difamadores te pinten sin cabello

Franc-masoneria femenina
dime tu qué es el sexo
hermana mía junto a mi, resultados
del seso.

Medicina del alma, celosia
Lia fue de la biblia simpático suceso
Vino después… Adan, si mal no acierto
Lo cierto es el pulso de un magnánimo desconcierto que late en el heno fresco

Nuestro Padre Adan, todos los días me vienen pensamientos
a la ceniza sensible y al ronco titubeo

Fecundar una hembra de robot quiso el padre postrero
y nosotros que venimos después somos lujos cacharreros somos
la prueba viviente del oro del espejo


mardi 9 décembre 2014

la comuna

Femme-nénuphar
 LA COMUNA

Espacio de discusión,
Me dirijo a ustedes, o a vosotros, si preferís, con ganas de cambiar. He estado siempre en el mismo plan, con lo que yo llamo “una primacía del ego”. Ahora hay algo que no funciona, y está empezando a gustarme. El otro lunes tomé yohimbina, no para follar con ella, sino que salí a por pan al mercado antiguo. Me quedé extasiado en la pescadería. Luego tuve la sensación de que la ciudad estaba toda sonriente. En el espacio del mercado me sentía como si hubiese entrado en una cama redonda. Y pensé en vosotros.


Pues yo no lo conocia de nada, pero mi amiga Nicole si

allo, Nicole ? Lo hubiera ignorado como ignoro la obra Desierto, de otro Nobel francés reciente cuya mujer he retratado del natural al oleo, extendida como madame Recamier en mi sofa



Todos necesitamos un elefante

los libros a veces estan vivos o resuenan

y hablamos de ellos como de maquinas que funcionan



CONSTRUCCIÓN
DE LA
COMUNA



    En qué extremo del universo la avispa o el mono alfarero se pusieron a parodiar el vientre, cantando onomatopeyas, probablemente, mientras se entregaban a la primera edificación. Estaban en el encantamiento y el rencor de los mal-nacidos, insecto castrado por Natura la una, animal perverso el otro. La búsqueda de un mundo mejor, la edificación de la Jerusalem Celeste, ocupaban a Jane y Manuel con sus exaltaciones artísticas, sus cálculos sociales y su ebriedad apocalíptica.
    Acarreando materiales de construcción Manuel tenía en la conciencia los Manolitos como él, pintados mitad femeninos, mitad masculinos en el infierno de lo escrito, por las sátiras españolas de Quevedo, Diego Torres y Cadalso (en Los eruditos a la violeta). Gorrones hasta en la muerte, enterrados de prestado, existencias provisionales y precarias. Su edificación era chabola.

CHABOLA

    Lo era por todas las costuras. Si él quisiese hacerla sólido campamento veterotestamentario, Jerusalem, si él quisiese ver la luz y la trascendencia del bosque o de América salvaje en sus cuatro palos, en su suelo de tierra, en la locura de su nidificación, sus pulgas, su lecho de incesantes coitos, el vómito lejano de las fábricas, el paso rasante de los aviones de guerra, la incomprensión de la agricultura, entonces todo desaparecería, salvo los fantasmas.

    Comenzó a edificar, entonces, por la intelección de los fantasmas.
    El hedor del silencio, mientras un obrero orina sobre el violín, en el suelo, esperando salvarse así. Un vuelo en avioneta para reconocer los parajes. Un vuelo aún a ala batiente, o a nado en el cielo soñado. Palacios egipcios o burgueses en la ruina de unas enormes plantas secas. Todo fundamento es oracular, huellas o insignias del azar, que nos proyectan como cisnes en la inconmensurabilidad de nuestras distintas lagunas. Construir en el agua o el aire, construcción arraigada en el espectro.

    Y hay que referirse ineluctablemente al grupo. A la tribu o la manada, a la horda de guerreros y amazonas. Estamos ocupando una parcela del mundo, hemos desposeído quizás a los genios del lugar, a la llorona muerte que todo lo quería ocupar, a la seca verdad apenas vestida de serpiente, apenas viva en su sedienta desesperación. Hemos venido a abolir las seguridades, los límites del pacífico idiotismo, y rencoroso. Vamos a entregarnos a la descripción de la ascensión del Manolito.  Primeramente el abandono de la primera novia, asociada a lugares como la Universidad, que será ulteriormente tratada, como el Jardín Botánico. Ese jardín donde las esculturas tienen más movimiento que los propios novios antes, y después, de un tímido coito.
    Segundamente la novia alcohólica, asociada a primeros titubeos profesionales en los que Manolito convoca a toda la cúpula cultural para finalmente ausentarse. Había habido un malentendido con las horas. Instado por su novia abandonó su propia inauguración para discutir interminablemente, en un bar que nunca volverá, después de cruzar media ciudad buscando a un amigo de ella.
    Terceramente el momento presente en que Manolito escribe la presente (quinta novia, ya que me salto la tercera y la cuarta).
    Cuartamente, dando un salto anacrónico, Manolito es lo que pudo ser su padre, sin haber llegado a serlo, un poeta. Y aquí ocurre el lugar y la topología fundadora. Habida cuenta de que la habitación del poeta es el cosmos o cielo, todo cabe dentro. La vemos iluminada por un halógeno débil o por tulipas insuficientes en muros quemados. El cosmos que ha ya ardido en las pasiones de la pretérita cristiandad. Es un hotel particular, una nave decimonónica, acomodada con esporádicos vestigios de electricidad doméstica. El Manolito que no tiene dónde caerse al envejecer, el personaje odiado por los escritores, el barbilindo, es en el estadio futuro, pero durante los años setenta de su padre, en tanto poeta, el personaje más inactivo y apático de la comuna. Puesto que el lugar en nuestro programa es el de la comuna. Él redacta un manifiesto donde muchachos y muchachas se disfrazan y entorno se monta el desmadre. Se escucha música, se fuma de todo, se hacen todos los experimentos, y el ya escéptico Manolito recorta perfiles en cartulina y los pega con frases sobre papel de seda o sobre las espaldas de las muchachas de pelo rizado. Sólo le falta asumir la mancha de Sócrates y escandalizar desde una castidad cómplice de todo lo juvenil.
    En las antípodas del refreno y del doblez del profesor profesional, que es capón. Manolito es simplemente inocente, y el desenfreno lo salpica sin que él haga diferencia entre follar o escribir, entre permitir y ser visto como corruptor de las costumbres. Esa era la consumación esperada por la cúpula sin cópula, por los andrócratas y las ginecócratas. 



Nacimiento de Dioniso

    La dieta consiste en tomates, queso y fruta. Louise aconseja por carta a la más lúcida de la tribu. Compensar el exceso de yin en el yang con resquicios de requesón. Celebrar la pasta en su pesto con efusiones de cocacola.
    La patata en el turquesa del último insomnio como aliada de la cebolla. Hacerla blanca por adición de leche. Hablar a la lengua y su memoria por la cosquilla del cilantro.

    Con doble brío preparan arroz con coco. El titoté, que podríamos llamar el león verde o hiperión de esta gesta, exige la primera agua, la segunda es para cocer. Sobre todo no mezclar la carne del coco con el plato, el plato no debe ser mixto sino una especie florida y prístina de esos cereales.



cada remolino
es el imposible
del águila molecular


    El budismo zen y la santería nos aglutinaban en torno a dietas aún más metafísicas. La inquietante abundancia de nuez moscada, las salsas sin ligar, un tanto crudas. Una repetición de la trucha y del salazón de maruca con avellanas. Cosas que hay que comer con cosas. Esto acompañado de esto otro. Camembert y Burdeos. Rioja y ensalada.

Las cosas últimas

    Las dudas se suceden en mi mente calenturienta. Difuso pensador, no proceso el fértil instinto. Cuando Rufina y Maria José se desnudan, ante el recién llegado Ariel, yo esbozo un aplauso histérico y me abismo en mi parálisis. Digo que estoy muy apalancado, que empiecen sin mí. Y miro la manera en que ellas echan mano al pantalón de Ariel, lo retiran con crepitaciones de masacre de atunes, lo pliegan como las sábanas alargadas de un serpentino matrimonio y toman la banana rosada entre los labios. Muy sonriente, como en un anuncio de queso Ariel empuja sus dos cabezas hacia su cuerpo emperifollado de lobo.

    El espacio de moqueta azul azafata y cojines que parecen camisa de mujik. El espacio que ellas llenan de sus piernas abiertas y su falta de naturalidad, tan lógica. El espacio que la luz del sol llena de esas piras de aire incandescente que emergen de los maternales sillones. El espacio que incluye la negrura de las cabezas, de las bandejas donde el líquido azabache humea en las tazas. El ébano líquido y una jarrita para la líquida nube.
    Las dudas toman la forma de ojiva gótica, la mística impaciencia, el gótico es suicida y despectivo. Con el mantra digestivo de un amén. La vida me ha traído a una orgía y colmado mis peticiones disparatadas. Ahora corresponde hacer las cuatro o cinco tonterías que mi fantasía dibujaba en la noche solitaria. Poner una mano en la grupa de Rufina y la otra en el pubis de Maria José. Comprobarlo sedoso y cálido. Comprobar de alguna manera, en ausencia de pelo, sedosa y cálida toda su piel. Mojada ya por la blanca baba de Ariel su grupa sosa y excitada. Dragontina su respiración contenida cuando Ariel la toma, y ella me topa con la frente, esperando que yo tome su rostro y busto, quizás, o tan sólo que sea testigo de su rubor y su respiración dragontina.

    Otra mujer espera semidesnuda, tomando una tila. Es delgada y su actividad teórica se descarga sobre una ojival paloma de papel, en nombre de la paz. Sus dedos la posan aquí y allá sobre la mesa de cristal ahumado. Sus pies parecen desligarse de todo calzado, dejando los zapatos colgados del pulgar. Mezcla de sirena y gacela azul. O bien una mujer migratoria, sostenida por la espiga de una de sus antenas. El lujo de cerámica que tienen las tejas blancas desde la terraza. Los libros de cartón que parecen de un rubio gigante. La paloma de papel es la creación en cuanto prototipo blanco de la luz del cielo. Su geometría espejeante, su plegarse, es el estarse tranquilo de la mente del seno materno que todo lo acoge. Cuando Sandrina llega, verificado el concierto, la flaca la recibe y ambas, la gorda y la flaca, parecen dos especies de cobra y culebra, o dos ramas gangéticas, en simétrico y doloroso pasatiempo.
    Sólo porque hemos llegado a ellas ocurren las cosas.


jeudi 4 décembre 2014

Paco de Lucia - Entre dos aguas (1976) full video

ritournelle


Que doit on dire des maris des harpies, des mères castratrices, si l’on s’interroge non pas seulement quant à la nature des femmes entourant les génocides ou autres criminels ? Maintenant qu’elle est un peu moins impliquée dans la vie intellectuelle je me pose la question pourquoi elle avait protégé mon art, Claude Maillard, tout en restant d’un scepticisme colossal quant à ma santé mentale. Si l’on est un misérable, à quoi sert d’avoir été artiste ? Claude Maillard parlait parfois, en séance, de la prostitution, puisque dans les séances la libre association était plutôt la sienne. Elle disait que les souteneurs étaient souvent des pauvres types, et les clients encore, dénommés pigeon, et autres termes imagés.

Les autres, pour Claude Maillard et pour moi en haut de sa consultation rue de Seine, les autres étaient ce qu’on aurait dû être elle et moi, mais elles et eux ils étaient restés à la dérive, conquérir l’accord de n’importe lequel des gens de l’extérieur était au bout de trois heures de suite aussi incertain que de lancer une coquille de noix dans une rivière, avec notre fourmi chevalier dedans. Parce que les séances étaient très longues je crois que je suis un des rares analysants à demander un café ou à dessiner pendant la séance. Aussi à me lever du divan de temps en temps pour dégourdir les jambes. Avec une autre psychanalyste, plus ouverte (comme elle est ouverte une céramique sur laquelle on peut garder ses secrets), j’allais jusqu’à me coucher sur le ventre au divan.

C’est une bêtise de découvrir la poudre ? Alors ce serait bête de vouloir écrire après Gilgamesh et après le Bhaghavad-Gita. On n’est pas sortis du cunéiforme. C’était la conversation type avec Claude Maillard. Au bout je pense que j’avait pas parlé de quoi que ce soit de personnel en analyse. Mais le transfert restait actif, agisant sur mon psychisme et sur mes insights.

ritournelle


Que doit on dire des maris des harpies, des mères castratrices, si l’on s’interroge non pas seulement quant à la nature des femmes entourant les génocides ou autres criminels ? Maintenant qu’elle est un peu moins impliquée dans la vie intellectuelle je me pose la question pourquoi elle avait protégé mon art, Bissecta, tout en restant d’un scepticisme colossal quant à ma santé mentale. Si l’on est un misérable, à quoi sert d’avoir été artiste ? Bissecta parlait parfois, en séance, de la prostitution, puisque dans les séances la libre association était plutôt la sienne. Elle disait que les souteneurs étaient souvent des pauvres types, et les clients encore, dénommés pigeon, et autres termes imagés.

Les autres, pour Bissecta et pour moi en haut du hippisme de luxe de Montpellier et de la planète, les autres étaient ce qu’on aurait dû être elle et moi, mais elles et eux ils étaient restés à la dérive, conquérir l’accord de n’importe lequel des gens de l’extérieur était au bout de trois heures de suite de conversation insomniaque aussi incertain que de lancer une coquille de noix dans une rivière, avec notre fourmi chevalier dedans. Parce que les séances étaient très longues je crois que je suis un des rares speakers à demander un café ou à dessiner pendant la séance. Aussi à me lever du divan de temps en temps pour dégourdir les jambes. Avec une autre amie artiste, plus ouverte (comme elle est ouverte une céramique sur laquelle on peut garder ses secrets), j’allais jusqu’à me coucher sur le ventre au divan.

Et parler de loin et bouquiner ou écouter de la musique, ce que devait sonner un peu trash chez elle. En fait avec les deux Bissecta et l’écrivaine groupie-veuve, il y a eu donc la libido, les ondes de promesses de ma part, et le jeu de le croire de la leur, ce qui leur permet de me réprimander.

Que doit on dire des maris des harpies, des mères castratrices, si l’on s’interroge non pas seulement quant à la nature des femmes entourant les génocides ou autres criminels ? Maintenant qu’elle est un peu moins impliquée dans la vie artistique je me pose la question pourquoi elle avait protégé mon art, Bissecta, tout en restant d’un scepticisme colossal quant à ma santé mentale. Si l’on est un misérable, à quoi sert d’avoir été artiste ? Bissecta parlait parfois, en séance skype, de la prostitution, puisque dans les séances la libre association était plutôt la sienne. Elle disait que les souteneurs étaient souvent des pauvres types, et les clients encore, dénommés pigeon, et autres termes imagés.

Les autres, pour Bissecta et pour moi en haut de sa vie dépressive consacrée élégamment à la poésie en train de réciter en s.l.a.m, les autres étaient ce qu’on aurait dû être elle et moi, mais elles et eux ils étaient restés à la dérive, conquérir l’accord de n’importe lequel des gens de l’extérieur était au bout de trois heures de suite aussi incertain que de lancer une coquille de noix dans une rivière, avec notre fourmi hobbit dedans. Parce que les séances skype étaient très longues je crois que je suis un des rares speakers à demander un coït (un vrai, non pas se masturber, ça va de soi) ou à dessiner pendant la séance skype. Aussi à me lever du divan de temps en temps pour dégourdir les jambes. Avec une autre poète musicienne, plus ouverte (comme elle est ouverte une céramique sur laquelle on peut garder ses secrets), j’allais jusqu’à me coucher sur le ventre au divan, loin de la webcam pendant de dizaines de minutes.

C’est une bêtise de découvrir la poudre ? Alors ce serait bête de vouloir écrire après Gilgamesh et après le Bhaghavad-Gita. On n’est pas sortis du cunéiforme. C’était la conversation type avec Bissecta. Au bout je pense que j’avais pas parlé de quoi que ce soit de personnel en train de s.l.a.m.m.e.r ou simplement d’enregistrer. Mais l’amitié de création restait active, agissant sur mon psychisme et sur mes insights.

fin du ritournelle

A quoi sert l’irruption de l’avant-garde dans ma vie ? Elle m’a allumé dès que mon père me parlait des Cahiers du Cinéma, sous dictature, en 1973 ou même si loin que 1972, où mes souvenirs de presque bébé ne portent traces qui puissent les identifier. Elle m’a allumé dès que j’ai fait de la gravure à trois ans à l’atelier de la Fundacion Rodriguez Acosta, même à des heures qui, du moins pour moi, et pour la TV à deux chaînes, faisaient partie des heures nocturnes. Il m’a allumé pour une belle artiste et graveur étrangère, une japonaise dont j’ai fini par comprendre que la mention de ma part, malgré qu’à l’époque j’avais trois ans, la troublerait fort. Elle a souffert une blessure très grave à la main, dans un moment ou la presse qui l’a blessée a été arrêtée par mon papa. J’aimais les odeurs enivrantes qui se joignaient à la thérébenthine, au musc des filles, au patchouli de certains dessinateurs ou abstraites, au bitume qui compose la couche sur la planche prête pour être gravée au poinçon, à la laque pour ampoule avec laquelle je protégeais les zones qui devaient rester blanches ou encre claire dans la résine et qui était une laque à base d’alcool. De l’herbe aussi, je pense que c’était majoritaire, et j’ai le souvenir d’un artiste responsable expliquant les pour et les contre de mon admission avec lui, mon père, dans l’atelier. Je pense que ce qu’à été décisif est que personne n’était frileux et que moi j’étais un enthousiaste et un séducteur, qui méritait sortir gagnant dans sa triste enfance.

Mon père a fait des dessins très spontanément intégrés à des motifs abstraits, et c’était pas de l’affichisme, mais de la gravure sérieuse et conséquente avec l’Histoire en tant que Modernité et, pour la vente sur la technique, la Tradition. Il avait un énorme espoir en son avenir. Pour moi il avait toutes les cartes pour un coup de poker, sauf que moi j’allais tricher. J’essaie d’imaginer le nom de la peintre japonaise et je pense : Tokyo Fumi, mais son image reste l’image du nom qu’elle m’a si clairement prononcé quand mon père m’avait dans ses bras.

Le monde universitaire arrive trop tard à la rescousse de chaque genre de marginal.

Je n’ai plus besoin certain de me dédommager de la cruauté de la muse, l’alchimie marche aussi avec d’autres muses moins cruelles. Même si la muse viendrait se venger, comme il en arrive dans mes pensées d’obsession ou parfois à travers l’harcèlement sur moi et mon profil. Il y a de quoi débander, mais l’alchimie redresse même la tour de Babel. Agissant dans tournoi, dans tournage, dans tordu, dans rétorsion, dans retour, dans Jacques Tourneur.

A quoi bon de fumer le tabac seul, sans shit, sans herbe, sans héroïne le jour où je crève, sans cannelle, une fois sans cocaïne où les rêves qui m’ont réveillé le matin j’ai jamais su les raconter mais c’était la vie d’artiste, d’antiquaire, de connaisseur et j’avais vingt sept ans ?

Le fait de publier on line ce que va devenir un livre imprimé porte deux conséquences et un corollaire.
1) Joséphine est bien capable d’acheter tous les archives constituant mon roman, à cinq euros c’est bien pour ceux qui veulent partager l’imaginaire, mais pour celui qui s’accroche ça se multiplie
2) c’est une politique connue d’infusion dans le public, ou plutôt de création de public, au risque de pratiquer la gratuité ou presque, même si par la suite un livre en ressort de là
corollaire
Il faut que les proches dont traitent les romans aient beaucoup de bonne humeur pour qu’ils veuillent se rapprocher

Il faut que vous sachiez mes pratiques maniaques pour l’écriture, comme pour la peinture d’ailleurs, même si moins maniaques parce que « coulantes ».
J’allume la tulipe, la lampe plus lumineuse et plus Art Nouveau, Modern Style, que j’ai peint une fois, peut-être ma seule nature morte parce que cette lampe est un idole. Frontalité de la source de lumière, comme dans l’hypnose de la torture ou des effets secondaires de certains médocs. Pendant un certain temps je retenais des semaines entières les poubelles parce que leur position me semblait une sculpture. Je pense que la prochaine fois que j’aie la tentation de garder pour contemplation les poubelles pleines, je vais trancher la question en prenant une photo ou tournant une vidéo. Et après un peu d’exercice et d’air frais. Je pourrais pour faire plus de progrès me maquiller tout le visage d’une couleur monochrome, ou me peindre une moustache. Et hop, je jetterai la poubelle enfin.

C’est juste qu’après quand je serais chez Berthe, qui veut dormir dans une atmosphère propre et pas glacé j’ouvrirai d’abord la fenêtre puis en ayant reçu le coup du froid je fumerai sans ouvrir.


Je suis à Paris cycliquement chez Berthe. Quand j’étais à l’atelier, dans ma quête permanente de modèles, et j’avoue que je cherche d’abord les modèles en tant que femmes, j’ai montré quelques unes de mes créations à une écrivaine. Les détails feraient mal. Je n’ai rien à redire d’elle, mais voici sa réponse unique : Je suis insensible aux vidéos en lumière tamisée dans la chambre d'un inconnu avec sa voix off qui se veut artiste et qui nous impose son intimité insipide.

***

mercredi 3 décembre 2014

actualisation de mon journal intime publié avant que je l'écrive au moment même



A quoi sert l’irruption de l’avant-garde dans ma vie ? Elle m’a allumé dès que mon père me parlait des Cahiers du Cinéma, sous dictature, en 1973 ou même si loin que 1972, où mes souvenirs de presque bébé ne portent traces qui puissent les identifier. Elle m’a allumé dès que j’ai fait de la gravure à trois ans à l’atelier de la Fundacion Rodriguez Acosta, même à des heures qui, du moins pour moi, et pour la TV à deux chaînes, faisaient partie des heures nocturnes. Il m’a allumé pour une belle artiste et graveur étrangère, une japonaise dont j’ai fini par comprendre que la mention de ma part, malgré qu’à l’époque j’avais trois ans, la troublerait fort. Elle a souffert une blessure très grave à la main, dans un moment ou la presse qui l’a blessée a été arrêtée par mon papa. J’aimais les odeurs enivrantes qui se joignaient à la thérébenthine, au musc des filles, au patchouli de certains dessinateurs ou abstraites, au bitume qui compose la couche sur la planche prête pour être gravée au poinçon, à la laque pour ampoule avec laquelle je protégeais les zones qui devaient rester blanches ou encre claire dans la résine et qui était une laque à base d’alcool. De l’herbe aussi, je pense que c’était majoritaire, et j’ai le souvenir d’un artiste responsable expliquant les pour et les contre de mon admission avec lui, mon père, dans l’atelier. Je pense que ce qu’à été décisif est que personne n’était frileux et que moi j’étais un enthousiaste et un séducteur, qui méritait sortir gagnant dans sa triste enfance.

Mon père a fait des dessins très spontanément intégrés à des motifs abstraits, et c’était pas de l’affichisme, mais de la gravure sérieuse et conséquente avec l’Histoire en tant que Modernité et, pour la vente sur la technique, la Tradition. Il avait un énorme espoir en son avenir. Pour moi il avait toutes les cartes pour un coup de poker, sauf que moi j’allais tricher. J’essaie d’imaginer le nom de la peintre japonaise et je pense : Tokyo Fumi, mais son image reste l’image du nom qu’elle m’a si clairement prononcé quand mon père m’avait dans ses bras.

Le monde universitaire arrive trop tard à la rescousse de chaque genre de marginal.
Je n’ai plus besoin certain de me dédommager de la cruauté de la muse, l’alchimie marche aussi avec d’autres muses moins cruelles. Même si la muse viendrait se venger, comme il en arrive dans mes pensées d’obsession ou parfois à travers l’harcèlement sur moi et mon profil. Il y a de quoi débander, mais l’alchimie redresse même la tour de Babel. Agissant dans tournoi, dans tournage, dans tordu, dans rétorsion, dans retour, dans Jacques Tourneur.

A quoi bon de fumer le tabac seul, sans shit, sans herbe, sans héroïne le jour où je crève, sans cannelle, une fois sans cocaïne où les rêves qui m’ont réveillé le matin j’ai jamais su les raconter mais c’était la vie d’artiste, d’antiquaire, de connaisseur et j’avais vingt sept ans ?

Le fait de publier on line ce que va devenir un livre imprimé porte deux conséquences et un corollaire.
1) Joséphine est bien capable d’acheter tous les archives constituant mon roman, à cinq euros c’est bien pour ceux qui veulent partager l’imaginaire, mais pour celui qui s’accroche ça se multiplie
2) c’est une politique connue d’infusion dans le public, ou plutôt de création de public, au risque de pratiquer la gratuité ou presque, même si par la suite un livre en ressort de là
corollaire
Il faut que les proches dont traitent les romans aient beaucoup de bonne humeur pour qu’ils veuillent se rapprocher

Il faut que vous sachiez mes pratiques maniaques pour l’écriture, comme pour la peinture d’ailleurs, même si moins maniaques parce que « coulantes ».
J’allume la tulipe, la lampe plus lumineuse et plus Art Nouveau, Modern Style, que j’ai peint une fois, peut-être ma seule nature morte parce que cette lampe est un idole. Frontalité de la source de lumière, comme dans l’hypnose de la torture ou des effets secondaires de certains médocs. Pendant un certain temps je retenais des semaines entières les poubelles parce que leur position me semblait une sculpture. Je pense que la prochaine fois que j’aie la tentation de garder pour contemplation les poubelles pleines, je vais trancher la question en prenant une photo ou tournant une vidéo. Et après un peu d’exercice et d’air frais. Je pourrais pour faire plus de progrès me maquiller tout le visage d’une couleur monochrome, ou me peindre une moustache. Et hop, je jetterai la poubelle enfin.

C’est juste qu’après quand je serais chez Berthe, qui veut dormir dans une atmosphère propre et pas glacé j’ouvrirai d’abord la fenêtre puis en ayant reçu le coup du froid je fumerai sans ouvrir.

La prison de nacre d'un grain de sable

mercredi 26 novembre 2014

Screamin' Jay Hawkins - Constipation Blues (1969)





Pour les idées qui échappent et qu'on dirait pour soi même ne jamais
avoir eu, c'est pareil qu'avec la constipation, qui surplombe la vie du
soupçon des conséquences de la nutrition.




Certaines plumes malfaisantes ont remis sur le compte de la fécalité
mes postulats de la peinture comme "régression" et ont voulu ignorer par
exemple la crotte de nez (qui existe aussi dans le séjour de Dali dans
l'Italie de Mussolini, où l'impression terrifiante qui fît en lui une
crotte de nez collée au mur des toilettes de son hôtel lui poussa à
écrire et plus tard à se délecter avec celles de sa seule épouse Gala)
ou, tiens, la cigarette, qui est une figure de sucette comme celles qui
portent les bébés, et tout cela pour dénigrer ma peinture et la
transfigurer méchamment.




L'année "la plus joyeuse de ma vie", 1997, j'ai peint avec des
intenses rouge cinabre, bleu outremer et noir et blanc Aristote et sa
courtisane n°1 sur des haut talons elle et lui à quatre pattes, tous
deux à poil. Une fois sec le tableau j'ai collé deux chewing gums (pas
normales, mais diététiques, au ginseng) un sur chaque oeil du
philosophe, voilà le sublime de la régression accompli pour toujours,
après comprenez que je revienne sur des problématiques plus terre à
terre.





samedi 22 novembre 2014

Fragment de "romance énigmatique de la panthère rose" et commentaire d'Alain Baudemont


3. Le vendredi 21 novembre 2014 par message onirique de l'heure des merles
Ils ont pas chanté les merles encore, parce qu'il est nuit ferme sans appel, mais les musiciens eux, ils sonnent sur mon yutub.
Sinon, le monde, autrement, reste stable. L’on sait que tout change, que l’on vieillit plus vite dépassés par un texte incohérent du quotidien et d’une Histoire de plus en plus étrangère. Comme disait un jeune leader espagnol : il y a des gens qui sont en train de mourir et qu’avant n’avaient jamais été morts !
Il faut s’y faire à la pourriture qu’est la mort, elle ne nous épargne pas, et c’est notre connaissance la plus fidèle. J’ai connu une romancière pour ainsi dire « folk » qui rapporte une phrase de celles qu’on entendait à la Guerre d’Espagne : « l’oeil c’était pas grave… et il l’avait dans sa main ».
Alors, à quoi revient mon rôle dans une histoire où il est question de ce qu’on pourrait dire humblement « des sorcières », puisque Joséphine s’est installé dans ce caractère dialectique, ne me laissant d’autre choix que d’aboutir à cette représentation ? Cela semble revenir à me vêtir de la pompe de l’inquisiteur. Et bien, si je me refuse de ce geste, de ce masque, pour réclamer mes droits sur mes vidéos et pistes sonores il faut réinventer l’ordre social. Je pense donc à Apulée, dont les histoires de sorcières n’étaient pas du tout un appel à la subséquente chasse. Il écrivait en témoin du mystère, il réclamait tenacement sa liberté, pouvoir partir sans gêne, sans persécution. Et cela serait le bon oeil d’Antoinette, le stylo bricolé qu’elle m’a désenchanté, l’oeil « bon », ou rendu bon, le regard sur l’horizon. Voir la mort, oui, mais découpée sur la montagne, en train de danser avec les femmes et les hommes de toute condition. Remettons Joséphine dans la frise des bacantes. Prenons de loin la chorégraphie de la danse du Sabbath. Considérons que la vie est dure et qu’on se tire dessus pour un rien, et qu’il est beau que finalement nous nous soyons tirés, extraits, de là, une fois et une autre.
Au début, avec Joséphine, je pensais qu’elle avait une vie intellectuelle et des bons amis. Je n’étais moi non plus mainstream, si ce n’est pour la musique, mais niché dans l’anarchisme de mon éducation sentimentale, plutôt un mélange de syndicalisme et de situationnisme ou de maoïsme. Niché aussi dans la position de ce que moi même j’appelais « érudition », à cause de mes lectures classiques et professorales, garantie d’appartenir à une « classe intellectuelle ». Et cela restait pour moi. Je restais sympathisant des loubards, étant moi un exclu devant partager le lit avec eux. Mais à l’extrême je finissais paniqué, puisque Joséphine me disait qu’on allait me casser la gueule.
Mais c’est que pour moi la littérature est un affaire de vérité, au même titre que la peinture. Et la vérité elle a pour moi toujours quelque chose de féminin. J’accorde plus volontiers la raison aux femmes, donc de me trouver opposé à une d’elles, c’est toujours la lutte de l’enfant pour son indépendance, pour la vérité, la mort de mon grand-père fusillé. Cela revient aussi à ce que je ne m’intéresse pour avoir raison contre Joséphine, me trouvant d’ailleurs perclus à son égard dans la terreur paranoïaque depuis qu’elle m’a soufflé quelques faits de guerre.
Je bloque sur ce sentiment de menace, je reste sous le choc. Tout autre souvenir s’évanouit. Ou pour mieux dire, tout autre souvenir se trouve simplifié et vidé de sens, faisant appel au sens de la menace.
Une scène retient tout ça, comme le microcosme dans la paume de sa main. Ce sont les dames âgées qui se sont mises à essayer la marihuana qui vient d’être légalisée dans un des états des USA. Elles se voient exposées aux jeunes qui font des youtubes coquins mais tout poliment. Poliment malin. Parce que nous sommes certains que la première expérience du cannabis ça revient au premier orgasme. Et bien évidement il y a finalement sur ces vidéos quelque chose de glacial, congelé, rebutant pour peu qu’on soit sensibles. Mais nous nous rendons compte que notre scandale n’est pas le seul regard qu’on peut porter sur cela. Que notre avis ne nous est pas demandé. Que dans le youtube il y a quelque chose qui n’est pas la télé, mais la littérature. Et qu’il existe bien la diversité du monde dans la diversité de l’écriture.
Et que la diversité du littéraire était dans le manuscrit, plus encore que dans le livre imprimé. Que c’était le fichier texte ou la calligraphie qui emportaient la pomme de la beauté pour l’oeil littéraire.
Observez les jeunes de vingt ou trente ans, eux ils savent ce que c’est l’amour. Ils savent pas qu’ils vont l’oublier, qu’ils seront privés plus tard, eux qui pensent être en train d’investir un terrain pour vivre. Ces jeunes sont peut-être bibliophiles, ils font, on en sait rien, peut-être collection de vieux volumes de littérature, ou sociologie ou architecture, ou bandes-dessinées érotiques. Et leur capacité de concentration n’est pas très usée. En tout cas, je ne pense que tous les jeunes aient rejeté les livres. Mais ceux qui aimeront les livres auront leurs extases devant un écran. C’est cela qui est irrémédiable, mais qui ouvre sur des curieux cas d’exception. C’est à dire, comment arriver à bien écrire dans une littérature de l’écrivain improbable ? Moi je dis que le fait que toute l’humanité se mette à écrire quotidiennement et à lire les autres, ne soient que de petits messages, ça va rendre inopérant le métier d’historien du littéraire, qui sera confondu et renvoyé chez lui. Le soleil brille dans le soir : deux dames sont passées sonner à ma porte. J’ai demandé du temps pour enfiler un pantalon et une chemise, mon ombre projetée sur le rideau de la porte, et je suis sorti au jardin discuter avec elles. Avant qu’elles introduisent la conversation je leur ai posé comme question si leur visite concernait mon travail ? Parce que c’était un atelier de peintre et je travaillais dedans. Elles se sont excusées et m’ont montré un magazine fort en couleur. « C’est sur si le diable existe », m’a soufflé la plus décidée. Je leur ai dit que j’étais très sensible et que je ne voulais pas de soubresauts. Elles gémissaient « mais c’est positif. C’est pour du bien », et moi « non, pas question si ça commence comme ça ». On aurait dit la tentation de Saint Antoine. Je ne savais qu’il y avait toujours des témoins de Jehovah dans les villes importantes.
4. Le vendredi 21 novembre 2014 par Alain Baudemont
L'étonnante vérité de cette affaire en littérature de message onirique de l'heure des merles, c'est que l'auteur du message avait besoin en prose d'une pendiente qui fît le pendant à celle que porte en peinture, parce que c’est un atelier de peintre et qu'il travaille dedans, Manuel Montero. Malraux disait (en privé) : "il faut bien une guerre ou une révolution pour que les têtes d'affiche de la critique soient remplacées." C'est une constatation importante, et qui veut dire, selon Bernard Frank, que ce n'est pas à la critique de s'adapter au talent d'un écrivain, (Montero se vérifie avec le temps être un écrivain qui a des choses à dire) mais à l'écrivain de prendre respectueusement son parti de la critique. J'aime beaucoup : "Elles gémissaient « mais c’est positif. C’est pour du bien », et moi « non, pas question si ça commence comme ça ». On aurait dit la tentation de Saint Antoine." On voit bien ici que l'humour espagnol de Montero y va, et de son plein gré, et poliment malin. Malin aussi ce bon mouvement en-soi (région singulière de l'être) que de rester sympathisant des loubards, si on se souvient de Loulou le loubard et de sa si jolie Nelly la bourgeoise, un vrai moment de cinéma de l'incandescent Maurice Pialat; on se remémore (avec tendresse) le monde des amoureux, qui ne change pas, que les jeunes de vingt ou trente ans, eux ils savent ce que c’est l’amour, ils savent pas (c'est heureux) qu’ils vont l’oublier. Je ne crois pas à l'enchantement de l'ombre, à l'insupportable longueur d'un rêve noir qu'une écriture de ressentiment poursuit, je ne crois pas dans la détestation des femmes, dans la haine d'un pays qui se suicide, dans la coupure de soi-même, je ne crois pas qu'économiser les nourritures et les mots, on soit encore et toujours en liberté littéraire, je ne crois pas que mourir et m'abandonner au milieu du gué, tremblant de froid, soit une bonne tasse de thé. Je ne crois pas à ceux qui sont connus et qui en plus veulent devenir inconnus. Je crois aux hussards qui se délectaient à croire à l'écrivain qui progresse entre deux blancs. Je crois au lecteur qui croit profondément ce qu'il ne comprend pas et qui ne comprend pas ce qui est mal écrit et qui a tendance à préférer le mal écrit parce qu'il le croit profond, vrai ou faux indifféremment. Je crois à Manuel Montero et à ses toutes gracieuses extravagantes manipulations artistiques. Je crois qu'il n'y a pas lieu de me rassurer, Manuel Montero, qui n'est pas encore dans la banalité du faire, ne gardera pas son or, assurément plus beau que celui de la critique, pour lui seul, qu'au moment clé, il songera aux malheureuses lectrices, aux pauvres lecteurs, privés de l'objet de son attention, qui n'a peut-être pas d'intérêt, sauf s'il fait en sorte d'en avoir pour deux, et plus encore.

Commentaire pour >Visites (suite.2) Librairie des Abesses

Ces journées à l’atelier ou à Aubervilliers passées à vide, collant des photos déchirés sur d’autres photos, et dans la stupeur du Paracétamol Codéine, déclinaison bâtarde de l’opium et ses dérivés célèbres. Plus l’alcool non avouable. Et sortir comme le danger d’un changement de dimension.
Les collages, eux, avaient quelque chose, on sait pas quoi. Disons que mon oeuvre faisait son chemin, comme un animal quelque peu inventé, mythique ou chimérique.
Effectivement j’ai bien déféqué sur un collage comme j’ai déjà indiqué. Ce qui se passe dans la tête est bien curieux, et si vous avez de doutes et que vous êtes artistes vous avez tout votre temps pour faire l’expérience, aucune pression, moi, je gagne rien. La chose se passa sous l’effet carminatif et aux doux parfums de cactus, de l’aloé vera. Le motif photographique qui a reçu l’objet petit a c’était un relief noir et blanc, de Mitra ou Apollon, sur leur char de chevaux et une autre figure dans la page d’à côté sur le même ton. Alors les conséquences du blasphème s’atténuent ou s’aggravent selon l’intonation du récit, le moment en soi reste pur.
Il n’est pas rare que j’aie des réflexions bizarres ou scatologiques comme celle-là à propos de la merde, quand je prenais de la codéine, les opiacés défoncent certaines limites du langage, certaines inhibitions de base auxquelles nous ne penserions même pas si l’on ne prendrait du tout de la codéine. Je risque la crise hépatique non pas tant à cause de la codéine mais à cause du paracétamol qui va avec. Les risques psychiques sont tellement imbriqués avec les risques psychiques de la personnalité de chacun, que je ne peux que dire mes passages à l’acte, la plupart rétifs à l’appel de la mémoire en tant que tels. En des circonstances de cette sorte, je me dis que mieux vaut que je délire sur un texte sans adresse, publique, édité et non pas envoyé ou partagé. Sinon, de me mettre à délirer à propos de ce que les autres me racontent sur le moment, ça ne donne que des dramatiques malentendus. Et en plus il fait froid, même si une fois dehors je répète comme un mantra qu’il fait juste « frais ».
Ces temps-ci, une amie poète et musicienne m’a conseillé de lire Franz Bardon, et « de pas sauter des étapes ». Vue toute cette prestidigitation juste pour introduire un auteur soit-disant hermétique, je me suis pourvu d’une double vision de ma tâche, d’un côté j’aurais un enthousiasme euphorique à cause de l’origine féminin de mes lectures, de l’autre je ferais les mêmes écarts que j’ai toujours fait, plus pour les sophismes et les bêtises que pour les lacunes des auteurs, qui ne devraient empêcher un honnête talent.
Me voici donc pourvu du feu d’un élan de lecture soutenue grâce à l’odeur de la femme. Malgré que j’ai fait l’expérience d’entendre toutes les alarmes de la critique et même de la prudence. Bêtise maximale par moments, cela voudrait dire. Le chat vérifie toujours que le jouet est bien un jouet et non pas un danger. Et puisque j’ai vu que les trois livres que j’ai, ils déconnent depuis le début, je peux m’attendre à que ça me fasse déconner et halluciner que c’est la musicienne qui me dicte ses désirs, et puis pareil, tout ce qui viendrait d’elle serait oint de l’anthrax porté par les trois livres. Une espèce d’expérience du succube. J’ai tellement vu des photos de cette amie nue, que même si je ne l’ai pas rencontrée, je peux vite me croire dans ses bras et dans ses jambes. Le fait que je traverse un nouveau traumatisme, la suppression de mon compte vidéo professionnel à cause des dénonciations de Joséphine, m’a conduit à me mettre dans la sédation des comprimés contenant de la codéine. Je suis plongé dans une maladresse fondamentale, et seul me rassure le fait de l’écrire à présent, parce que du reste je me sens hautement vulnérable.

Commentaire pour >Visites (suite.2) Librairie des Abesses

Ces journées à l’atelier ou à Aubervilliers passées à vide, collant des photos déchirés sur d’autres photos, et dans la stupeur du Paracétamol Codéine, déclinaison bâtarde de l’opium et ses dérivés célèbres. Plus l’alcool non avouable. Et sortir comme le danger d’un changement de dimension.
Les collages, eux, avaient quelque chose, on sait pas quoi. Disons que mon oeuvre faisait son chemin, comme un animal quelque peu inventé, mythique ou chimérique.
Effectivement j’ai bien déféqué sur un collage comme j’ai déjà indiqué. Ce qui se passe dans la tête est bien curieux, et si vous avez de doutes et que vous êtes artistes vous avez tout votre temps pour faire l’expérience, aucune pression, moi, je gagne rien. La chose se passa sous l’effet carminatif et aux doux parfums de cactus, de l’aloé vera. Le motif photographique qui a reçu l’objet petit a c’était un relief noir et blanc, de Mitra ou Apollon, sur leur char de chevaux et une autre figure dans la page d’à côté sur le même ton. Alors les conséquences du blasphème s’atténuent ou s’aggravent selon l’intonation du récit, le moment en soi reste pur.
Il n’est pas rare que j’aie des réflexions bizarres ou scatologiques comme celle-là à propos de la merde, quand je prenais de la codéine, les opiacés défoncent certaines limites du langage, certaines inhibitions de base auxquelles nous ne penserions même pas si l’on ne prendrait du tout de la codéine. Je risque la crise hépatique non pas tant à cause de la codéine mais à cause du paracétamol qui va avec. Les risques psychiques sont tellement imbriqués avec les risques psychiques de la personnalité de chacun, que je ne peux que dire mes passages à l’acte, la plupart rétifs à l’appel de la mémoire en tant que tels. En des circonstances de cette sorte, je me dis que mieux vaut que je délire sur un texte sans adresse, publique, édité et non pas envoyé ou partagé. Sinon, de me mettre à délirer à propos de ce que les autres me racontent sur le moment, ça ne donne que des dramatiques malentendus. Et en plus il fait froid, même si une fois dehors je répète comme un mantra qu’il fait juste « frais ».
Ces temps-ci, une amie poète et musicienne m’a conseillé de lire Franz Bardon, et « de pas sauter des étapes ». Vue toute cette prestidigitation juste pour introduire un auteur soit-disant hermétique, je me suis pourvu d’une double vision de ma tâche, d’un côté j’aurais un enthousiasme euphorique à cause de l’origine féminin de mes lectures, de l’autre je ferais les mêmes écarts que j’ai toujours fait, plus pour les sophismes et les bêtises que pour les lacunes des auteurs, qui ne devraient empêcher un honnête talent.
Me voici donc pourvu du feu d’un élan de lecture soutenue grâce à l’odeur de la femme. Malgré que j’ai fait l’expérience d’entendre toutes les alarmes de la critique et même de la prudence. Bêtise maximale par moments, cela voudrait dire. Le chat vérifie toujours que le jouet est bien un jouet et non pas un danger. Et puisque j’ai vu que les trois livres que j’ai, ils déconnent depuis le début, je peux m’attendre à que ça me fasse déconner et halluciner que c’est la musicienne qui me dicte ses désirs, et puis pareil, tout ce qui viendrait d’elle serait oint de l’anthrax porté par les trois livres. Une espèce d’expérience du succube. J’ai tellement vu des photos de cette amie nue, que même si je ne l’ai pas rencontrée, je peux vite me croire dans ses bras et dans ses jambes. Le fait que je traverse un nouveau traumatisme, la suppression de mon compte vidéo professionnel à cause des dénonciations de Joséphine, m’a conduit à me mettre dans la sédation des comprimés contenant de la codéine. Je suis plongé dans une maladresse fondamentale, et seul me rassure le fait de l’écrire à présent, parce que du reste je me sens hautement vulnérable.

Commentaire pour >Visites (suite.2) Librairie des Abesses

Le sort de l’homme et du taureau sont dans la mémoire de l’éléphant.
Au loisir des éléphants femelle est liée la forme ou l’image de chaque destinée humaine.
Si le pouvoir sur l’âme humaine de l’éléphant va jusqu’aux plus délicates des vengeances et rétributions, pourquoi devrait-on faire comme si les sorcières n’existaient pas. Il ne s’agit pas de leur faire la guerre, elles sont à la base de la beauté du cosmos, ni de faire la chasse de leur sexualité, si mystérieuse. Il s’agit de passer la vie en paix, protégé si l’on le mérite, de tenir la catastrophe suspendue sur un bijou ou sur une oeuvre d’art, et d’entrer dignement chez la femme phallique, représenter son petit rôle, dirait-on, et pouvoir sortir sans panique, respectueusement. C’est ce que j’ai vu faire aux ouvriers chez Joséphine. Pourquoi je n’ai pu moi-même garder le même calme ?
Hier c’était vendredi et j’avais passé chez mon analyste et depuis je ne fais que ça. Garder le calme. Je prends toujours de la codéine pour pas paniquer. Et j’ai pris un Red Bull pour être opératif parce que chez une amie artiste une jeune étudiante de théâtre allais venir poser. Nue comme un enfant, je voyais son petit nez sage, son cul aussi sage qu’elle même et que sa voix d’une politesse liturgique. En fait elle était cultivée comme seulement peuvent l’être les très jeunes personnes, qui peuvent garder la politesse maximal sans la froideur de l’usure. J’ai donc peint un (tableau) tellement discret qu’il est même très vendable.
Le reste du temps j’ai dessiné dans les pages libres d’un livre d’art. Et j’ai parlé avec le minimum de retenue. Bon, quand-même c’était dans le normes, même si minimum. On ne m’a pas fait sentir en trop.
La lumière nous l’avons choisi dirigée vers le plafond, de manière à pas heurter la vue. Nous avons dessiné presque dans le même élan que notre modèle mettait à poser, à décider la pose. Même si la plupart ça pouvait être moi qui lui disait, « maintenant restez comme vous êtes ». Même si elle était déjà universitaire et une jeune personne sage, on dirait qu’à chaque côté de son corps dénudé se tenaient les armures de son papa et sa maman, qu’elle était gardée par un charme naturel et de bon droit. De cette manière ce que j’ai vraiment dessiné avec intérêt ça a été son sourire doux et ses yeux curieux et polis, qui regardent depuis le monde des idées, la réflexion et la connaissance qui donne la bonne naissance. Dans ces conditions, malgré que je lui ai demandé de faire une pose où l'on puisse regarder son cul, nous avons ma collègue et moi expédié nos dessins avec peu de traits, et vite faits.
On peut dire que dans la beauté humaine il y a des choses tellement parfaites qu’elles ne concernent plus l’Art, qu’elles sont d’un autre ressort que de la peinture. Même si un peintre finit par peindre tout et son contraire.

vendredi 14 novembre 2014

réponse à Léo

Ah, non, messieurs, cela est un procès d'intention et une pensée réduite au lapidaire, les auteurs qu'ignorent la signification de leurs poèmes sont des gens trop occupés par la naissance du langage pour vous rendre comptes, pour rendre compte aux commères (la plupart de sexe masculin) de l'état du bébé, Babalou le garde en santé. La langue sera créole ou ne sera pas.

Ne pas savoir ce que l'on veut dire est normal, la plupart des fois la vie moderne n'est pas intéressante, et, aussi, elle est obscure et difficile à cerner pour l'oeil humain.

Ne pas avoir la maîtrise de la langue est un état de charme, donc la chose la plus éloignée de la science et la plus proche de l'art.

.

lundi 10 novembre 2014

Song Bing

bueno
qué tal ?
yo muy raro, he dormiido todo el dia
y manana tengo psiquiatra
y estoy exuberante, produciendo mucho
pero la experiencia suprema del corazon solo la pueden tener las mujeres
escuchando Paco de Lucia
tirachinas de fantasmas, la cuerda que tiene atado mi nucleo de dentro esta tirando desde el sur y todo Paris es un domino
voy a terminar escribiendo un poema y cantandolo con guitarra electro-rara

Le Nord bilingue los dexados Teresa de Avila Bossuet et l'oecumenisme

vendredi 24 octobre 2014

mangeur de feu (2)

http://vimeo.com/109761034

Jeunes ou bien pleines, les nouvelles gitanes de ma terre s’habillent pareil aux tahitiennes de Gauguin, à cette différence près qu’elles sont polyglottes et doucement sulfureuses. Elles sont venues paganiser l’Espagne, depuis des aéroports pour pirogue.

L’on divinise l’artiste en soi, autant l’artiste sera le nom futur du scientifique.

Parallèle de la révolution tunisienne et l’espagnole.

*

mardi 23 septembre 2014

Sur Dante (derniers textes)

vendredi, 29 août 2014

Berthe je la voyais récemment. Tiens, j’ai réussi à rouler un mentholé. Artisanal: tabac à rouler, cannelle en poudre et feuilles sèches de menthe. Oui, j’avais vu Berthe et j’étais resté chez elle très douillet. Elle a suivi mon conseil et elle a porté un chignon. Je trouve que ça la rend plus sexy, parce que le chignon dévoile la nuque, qui est une zone érogène. Au début elle ne semblait pas très d’accord, je me prenais moi-même pour un tyran de lui suggérer, mais je restais convaincu à cause de sa beauté quand elle le portait, le chignon, je ne pouvais pas avoir tort. Et qui d’autre allait trancher la question ?

J’avais appris à dessiner de vrais portraits surtout quand j’avais commencé à retirer des leçons de ses yeux bleu vert clair et de ses lèvres pulpeuses, de ses cheveux aussi j’avais tiré la même leçon, la couleur du portrait est devenue importante pour moi. Mais depuis mes dessins d’enfance (érotiques, il faut dire, puisque à l’école on a voulu à sept ans me punir pour « faire des dessins pornographiques pour les autres enfants » - la prof, une franquiste spécialement ignoble, a dit que j’étais « juif » et a invité la classe à me tabasser brutalement à chaque récréation - et à douce ans j’ai dû « faire disparaître » un cahier complet par la même raison) je prenais un plaisir insensé à dessiner le chignon comme la coiffure féminine de prédilection, surtout si le sujet féminin était « une vrai femme ».
dimanche
Sur la toile d’internet j’ai écouté un groupe obscur des sixties qui a un seul album et dont on sait rien. L’album est une célébration assez étonnante du LSD, étonnante par sa simplicité et sa naïveté. Les poèmes servant de refrain sont des énoncés et tours de langage pris tels quels du réel, sans autre forme poétique que la rime et la chanson. Aucune maladresse chez les instrumentistes pour les plaindre, au contraire ça se laisse écouter. Et nonobstant quelque chose d’obscène saute aux yeux sans qu’on puisse préciser à quoi ça consiste.

Il m’est arrivé à propos du disque dont je parle d’avoir des certitudes délirantes et hallucinatoires à l’égard de son écoute. Je me disais que cette musique était le noyau du temps de l’humanité historique, une sorte de noeud qui rendait puissante sa musique comme le noeud qui réunit le présent avec l’avenir. J’y priais non plus aux dieux, mais au moindre grain de poussière sur les images qui défilaient dans ma tête. Je m’éloignais de mes traits humains pour devenir pulsante matière, mort et vivant à la fois.  Le titre du disque est Trip Away. La découpure du schizophrène laissait tellement béants les composants de ma conscience que je perdais de vue les limites entre mon corps et l’extérieur. A ce point on ne peut plus discriminer dans nos actes et je divaguais déshabillé sur la moquette de l’atelier, tombant sur une nouvelle lecture : Aurora de Jacob Boehme, dans sa superbe et juteuse traduction castillane par Agustin Andreu R.

Je me suis dit que si l’apocalypse venait d’être déclenché par la musique de Sitting Bull, le groupe duquel je parle, le salut je le trouverai dans un livre que la providence mettrait sous mes yeux dans le bazar de ma bibliothèque qui est chaotique.

Et c’est parce que les chansons avaient le tranché propre au réel qu’elles me rappelaient les poèmes chinois insérés dans Das Lied von der Erde, période Tang, mais aussi pour ce qu’en est de la mystique du chamanisme taoïste. Ce qu’aurait pu être la composition de Gustav Mahler était là une création in fine anonyme. De la même manière que la métaphysique chez Jacob Boehme se métamorphose en invitation à la pure sensation, à l’exercice à soi de l’imaginaire sensoriel.

Samedi, 6 septembre 2014
Bien que ce soit de ma part une démonstration de désinvolture assez notoire, j’ai le souvenir qu’à l’époque où je me faisais instruire par le Remèdes de l’Amour, d’Ovide, j’ai compris le déclic qui peut exister à imaginer son ex (non pas l’ex amicale mais bien celle qui reste ennemie ) en train de chier au WC. C’est à peine une repère dans le quotidien, aucune garantie n’est désormais liée aux repères, dans la quarantaine.

Que le théâtre c’est une thérapeutique, d’abord, c’est déjà la formulation de celui-ci par Aristote dans sa Poétique, c’est à dire dans la remise de la catharsis en sublimation ou solution en supplément à tout ce qui relève d’une organisation de données aseptique et inopérante.
Si l’on tient compte que la catharsis est multiple, comme le sont les corps auxquels elle s’applique, l’on peut comprendre que le théâtre va forcément opérer ses propriétés médicinales par voie de surprise, et que l’expiation est projetée sur l’ensemble social comme soumise à une formule de perspective, une régulation des distances corporelles qui organise l’ensemble de l’espace ou des espaces. Il n’y aurait que manifestation schizophrène du corps chez le nécessaire et nécessitant bouc émissaire, mais qualitativement la même. Lui c’est l’identité, attrapée dans la poupée de cire que la magicienne perce ou fait fondre. L’on doit ne pas oublier la proverbiale sorcellerie des femmes thésaliennes qui est immédiatement juxtaposée à l’invention théâtrale, et qui aussi existe dans la fabrication de l’écriture même. Je laisse la question à ceux qui la trouveront jouissive, comme on dit en Espagne : hay gente pa to.

Quand on considère la Grèce Antique et Hellenistique l’on est aveuglé souvent par la vision du Même, et d’un seul patron mythique ou religieux et l’on a plutôt du mal à accepter la densité, l’opacité du polythéisme. Que par exemple, certains grecs puissent raisonner leurs croyances et souffrances en accord à un tout autre patron mythique que l’homérique le plus courant, et concevoir une théophanie qui commencerait par la considération de la Nuit et ses filiations, on a du mal à accepter que cela se juxtapose à des patrons dans lesquels la Nuit avec majuscule n’existe du tout. Que d’une maison viennent dans le chemin du vagabond moyen des odeurs d’oignon cuite et que plus loin l’on sente la viande grillée (devant un temple) nécessite que l’on ait fait nous mêmes ce chemin du vagabond, que du temps soit passé sur nos corps, ne soit que le temps de traverser l’agora de la ville.

L’on peut dire que sous l’angle de vision du myope absolu le volcan a effacé pour toujours la réalité antique, le sens du religieux reste opaque, et le chercheur devient celui qui connait le moins sur son sujet.
Dimanche, 7 septembre 2014

Nous sommes donc juste au commencement du savoir sur l’Age Classique, soit notre origine, ce Temps-qui-ne-vieillit-pas, selon nous rapporte, à propos de l’orphisme, Damascius, en Des premiers principes.

On se voit forcés de céder à la superstition finalement et l’on accepte d’entrer dans ce Temps par la Porte (on dirait presque, si le mot finirait par convenir, « providentielle ») de la Nuit, nous rebroussons chemin et nous cherchons dans le mystère, et nous revoilà indistincts des grecs qu’on étudie, rêvant ensemble avec eux.

Il faut rappeler alors, même si le Temps où l’on habite n’est du tout propre à ça, que la justification du phénomène religieux dans un monde à venir ne serait donnée que par l’usage thérapeutique. La seule condition qui sera désormais requise pour l’entreprise religieuse est qu’elle soit thérapeutique. La demi-médecine sera la marge d’existence péremptoire du vivant.

On est donc à l’Age Classique, en train de plonger dans l’entité théologique Nuit. Il arrive que la nuit part chaque matin, que l’on est en été, où les jours gagnent sur les nuits et qu’il est six heures trente. Bientôt s’éclaircira le Ciel. Appelons cette pensée castrée Première Nuit. Même si je pense être plutôt en train de « finir » l’écriture de mon livre.

Le texte sera un pure aide-mémoire pour la parole, si la Terre ralentit sa rotation le nombre de jours de l’année des montres devant diminuer en nombre mais s’intensifier en moments. Puisse la rotation planétaire passer à un second plan, et disons que les Vies seront des Livres. Que le Livre sera une mesure ou mensuration de la pour ainsi dire durée de la vie. Et que la Planète entière sera artistique, quelques fois grâce à l’écriture, avec langue de libre choix. Les vivants seront des dieux au moment de mourir, grâce à leur Oeuvre. La gauche donnera des leçons à la droite. Bref, la nuit des astres.

Quant on perd la nuit, voilà que le trip est fini, voilà donc qu’on redescend, on est notre propre Finnegans’ Wake. Sous chaque Maison, de deux heures de durée, il y aura, peut-être d’innombrables moments, ou bien l’on pourra dire « la Vie s’endort le jour, ou vice-versa. Les vieux voudront vivre la Nuit, faisant la guerre aux Jeunes, quelques fois. Leur aveu si positif, les condamnera à s’éteindre, et la longueur de phrase deviendra vite un compte à rebours. Le lecteur, tenant son livre à la main s’il a les forces, s’il n’est pas déjà accompagné des anges du Purgatoire, devra prendre exemple et imiter la Nouvelle Machine.

Que la lecture passe à être un sport suffirait dans une société blanche pour évacuer les vieux, bien au contraire, lecture et écriture deviendront l’apanage aussi bien des vieux que des jeunes, dans le modèle paradisiaque, et même au Purgatoire la chose écrivante nommée Dante saura ne pas faire lire son DE SENECTUTE aux Jeunes. J’ai comme un souvenir de mon oncle Joaquin ou encore un autre dans la même branche, habillé en cravate à la plage. Et comme dit un ami musicien, le Pape parlera de Freud. La Pluie pourra faire l’objet de condamnation, par absence ou par dommages et intérêts, par voie administrative, pénale si le temps est un temps de dictature, car par de sortes d’ordalie l’on cherchera toujours des coupables. Cette mission de traitre à la classe, qu’était dans la vision de la Transition pour les professeurs réactionnaires la mission de surveillance du délégué de classe et que moi je trouvais assommante, n’est rien d’autre in fine que la mission diabolique des démons chez Dante. Et c’est aussi cela la catharsis, la propriété médicinale du sacré (artistique ou pas reconnu comme tel). (Cf. Giorgio Colli, La sagesse grecque; Orphée: Olympiodore: Commentaire sur le Phédon de Platon; 82 d: Et ils accompliront des rites secrets, aspirant à la libération des ancêtres / scélerats; mais toi qui assure sur eux ton emprise, ceux que tu choisiras / tu les délivreras des âpres tourments et de la passion effrénée. C’est à dire tu les cureras )

Conscient ou inconscient par l’écriture, on dirait que pour Dante, Béatrice est le prénom du Lecteur, et finalement c’est la lecture de la Censure comme chez Klossowski qui fait l’air doucement sévère, adulte, et androgyne de Roberte, l’épouse.

Ce que fait le stigmate inconscient du fumeur est qu’il est un « mangeur de feu », ce qu’on appelait Salamandre dans le domaine spirituel. Mais le fumeur est un phénomène d’une société déjà décompensée par l’injustice, et chercher à résoudre à travers l’art les injustices est fatal pour l’artiste, car l’héroïsme est quelque chose d’assimilable au symptôme, l’héroïsme est la pertinence du symptôme, sans rentrer forcément dans la divinisation lacanienne, ou propre à la folie dans l’analyse lacanien. Le sujet sera responsable non seulement de sa conduite envers les vieux, adultes et enfants, plus animaux et végétaux, mais aussi envers les anges et les intelligences artificielles.

Pour le fumeur donc s’installe la compulsion dès qu’il ne se remet de sa culpabilité qu’en fumant encore. Il se peut qu’un complexe ait conditionné cela, mais le complexe c’est la Vie.

Et n’oublions pas la valeur symbolique de la Salamandre.

Le fumeur fatigue ses poumons, c’est le moins qu’on peut dire, mais qui ne fatigue pas le corps, qui soit en bonne santé, à commencer par le cerveau et sa plasticité fatale (cf. Catherine Malabou, philosophe française enseignant à Berkeley) qui le différencie des nouvelles machines ?

Mardi, 9 septembre 2014

Après ce zigzag, qui était rédigé en transe, j’essaie de conserver l’utile pour développer l’analyse de la Divine Comédie; peut-être l’allusion aux racines latines et grecques du théâtre et, donc, du roman. Mais l’on ne voit dans la littérature ancienne, du moins d’emblée, autre piéton du monde spirituel, à part les philosophes, et même pas, que le héros, ce qui ne convient à l’esprit moderne du roman, et même du théâtre actuel, qui se veut critique et non pas servile en égard du puissant.

Des sorcières de Thessalie avait fait la matière de son autobiographie fictive Apulée, dans l’Ane d’Or. Des rêves et leurs prophéties symboliques ou en rébus, avançant le déplacement et autres mécanismes de la Traumdeutung de Freud, avait voulu établir le catalogue expurgé, dans une volonté réactionnaire mais méticuleuse, Artémidore de Daldis. Et voici que pour un ouvrage qui utilise le même mécanisme que Dante, plus ou moins contemporain, l’on a aussi une dédicace aux rêves. Il s’agit du Roman de la Rose, qui commence comme suit :

Aucunes genz dient qu’en songes
n’a se fables non et mençonges;
mes l’en puet tex songes songier
qui ne sont mie mençongier,
ainz sont après bien apparent,

L’on s’approche par le rêve aux certitudes du fou, du délirant sous la fièvre, du drogué. Et cela constitue la naissance de la rose, et de l’amour. La rose étant le premier symbole du Zohar, où le préambule nous approche de la fleur pour compter ses pétales, pour discerner le rouge du blanc, principes et noms de deux figures géomantiques.

Dieu ou la religion concernent le plaisir sublimé, et ça devrait s’arrêter là. Les conséquences de la religion administrant la morale sont sanglantes, parce que souvent les postes de Dieu et de religieux sont accordés à des psychopathes.

Je pourrais ébaucher mes conclusions du livre de J.Seznec sur la persistance du paganisme au Moyen Age à travers les astrologues et les médecins.

Ces conclusions n’étant pertinentes, car elles rendraient efficacement pédagogique la lecture du Paradis de Dante. Je préfère persister dans la complexité du journal intime à clé. Béatrice a fait apparition dans ma vie onirique de ces jours. Il arrive que je devrais me relire pour identifier la Béatrice à la Botticelli de mes derniers rêves. Elle apparaît comme une femme noire Guadalupe à profil noble, regard poli mais sensuel et belle coupure afro. Vue et échangé quelques phrases, puis perdue de vue. Cela s’approche du récit de la Vita Nuova.

 mercredi, 10 septembre 2014

Donc on revient au Roman de la Rose, qui est quelque chose de plus revigorant que la Divine Comédie, par où que l’on tienne compte. O bien en tout cas dès qu’on n’est pas encore un moribond.

l’erbe et les flors blanches et perses
et de maintes colors diverses,
c’est la robe que je devise,
por quoi la terre mielz se prise.

La couleur du tissu des coussins chez ma tante Ia, quand on me portait chez elle l’après-midi et que j’avais trois ans ou moins. C’était de la broderie, et le soleil couchant tombait sur les couleurs.

Le Bouddha occidental, d’Europe ou d’Amérique, a besoin de subsumer en un seul concentré ce qui est Bien et ce qui est Mal dans le monde que l’illusion met devant ses yeux. Le mal tombant comme une cicatrice squameuse aux pieds de la figure nue du Bien.

jeudi, 11 septembre 2014

L’exercice de l’écriture a été pour moi, dans le passage à la vie adulte, pour mettre une borne, une affaire qui se fait dans la fièvre. Au son de la musique rythmée. La musique classique à quelques exceptions près (les lieder de Shubert ou Mahler) est inopérante.

Il s’agit que les repères dont Dante ou Shelley ont été depuis un certain temps perdues. Il arrive aussi que le ton d’un journal intime n’a pas « pris », comme une sauce qui ne fait pas émulsion. A ce point l’écriture est un expédient âpre et malpoli qui squatte l’attention du lecteur pour lui faire humer la puanteur d’un auteur sans hygiène psychique depuis des années.

Les livres sont toujours autour mais chaque jour plus méconnus, moins touchés, moins lus, plus sales à cause de la tasse de café posée systématiquement sur leurs couvertures.

Le journal intime n’a pas pris à cause qu’il a dû être effacé au fur et à mesure. Ce qui est peut-être mieux, car un homme qui parle mal d’une femme est quelque chose de regrettable toujours.


L’orientalisme, au point de raisonner en bouddhiste, de Shopenhauer trouve son accomplissement discret chez Heidegger, et plus populaire chez les beatniks. Il s’agit de saisir que les orientaux tiennent les rennes du cosmos du fait qu’ils simulent croire en Dieu, étant pourtant des magiciens qui croient plutôt à une réalité mystérieuse.

Je viens d’accomplir un collage fumé pompéien sur le Régime de Vichy.


mardi, mi-septembre 2014

Place ***

Assis au café je remarque qu’avec le marché populaire et la terrasse de café sur le même espace, tout le monde est en train de délirer. Moi-même j’ai dû chercher l’inspiration pour venir peut-être assister à un cour de yoga, comme à l’époque de mon arrivée à Paris. Côté yoga non seulement je n’ai pas évolué, mais au début j’ai vécu de mes acquis, puis je les ai perdu. Cela dévient plus éprouvant de recommencer que de simplement commencer.

Je porte avec moi, à part un « que sais-je ? » de Claude Hagège, le « Xiyou ji » de Wu Cheng’en : le singe pèlerin, et je l’explore par plombées. Le même sentiment d’impuissance que pour le yoga, en égard de ce monument mythique. J’attends aussi « de descendre sur terre » depuis ce que j’ai fumé à la maison de ***. Je ne savais pas quoi faire.

Les préventions et sursauts m’empêchaient de me concentrer sur rien. Donc, je viens, en rentrant dans le cours de yoga, de vivre ma « descente » confié à l’autorité de ma nouvelle professeur. **** qui avait été ma professeur était bien là, et je l’ai salué. Mais, je me suis penché pour changer de personne.

mercredi, 17 septembre 2014

Près de mon analyste, en rebroussant chemin, il y a une belle librairie de livres usés. Un couple de jeunes personnes la tiennent. Je suis distrait et appréhensif : si je porte un livre sur moi il est fort possible que pour ne pas me faire confondre avec un voleur je n’approche pas les bacs de livres soldés. Trois bacs, dans une classification traditionnelle déjà et logique : sciences humaines, littérature et polars.

Je pense que je les décontenance aussi à cause de ce qu’ont les espagnols artistes, un anarchisme tenace qui fait sa relecture des hiérarchies tacites, sans cèle mais logique, comme les trois bacs.

Je pense que lui est décontenancé parce qu’il ne peut me cerner, sans tomber dans le délire d’interprétation. J’ai parlé une des premières fois avec lui, mais à part quelques informations sur son fond qui pour moi sont secondaires, moi je n’ai aucun souvenir de ce qu’on a parlé. De livres, je suppose, en tout cas. Je n’ai pas du tout de longs dialogues, en revanche, avec elle, mais de brefs échanges de politesse, avec à peine un peu d’érudition minimale à la violette. Aujourd’hui elle m’avait appelé pour refuser la double trilogie de mes journaux d’artiste en espagnol. J’avais pensé qu’en tant que livre d’artiste soigneusement illustré et dans du beau papier vergé, mes livres pouvaient s’unir à leur fond. J’ai commis l’erreur des poètes, le compte d’auteur, mais je l’ai défendu, tondu par le zèle du coiffeur antisémite, avec un vague appel de dignité: Bon, comme public, ça intéresserait un amateur de dessins.

Je ne dis pas qu’un livre érotique aux vagues relents qui font penser à un lecteur ou lectrice de Georges Groddeck je l’ai commandé parce que la vieille édition était illustrée par Félix Labisse.

Pour pas me choper une déprime, j’ai acheté quelques livres. D’abord une traduction des éditions Allia d’un dialogue philosophique littéraire de Savage Landor. Du Moyen-Age, une des moutures du Roman de Merlin. Puis, me heurtant aux regards et leur rendant la liberté de leurs propres affaires je me suis trouvé devant des étagères fournissant tout ce qui concerne Sacher-Masoch, sa femme Wanda, écrivaine comme lui, et même ce qu’on abonde sur sa personnalité. Presque tous les titres, voire les éditions, je les avais déjà. Autour de ce groupe j’ai trouvé pas mal de titres de Gabriele d’Annunzio. Je ne savais très bien lequel pourrait m’intéresser davantage que Le Plaisir, que j’avais en italien. J’ai retenu Contemplation de la Mort, que j’ai pensé être partie du Triomphe de la Mort, que je cherchais.

Il arrive qu’en mettant en pratique la technique de l’oracle ou « lecture méditative », pour le dire comme Madame Guyon, je suis tombé pile sur un passage où il est question de Dante.

Dès que j’aurai le temps de chercher tranquillement, je vous le copierai ici. Traduit par André Doderet chez Calmann-Lévy, 1928 :

Lo raggio della grazia in che s’accende
verace amore, e che poi cresce amando

Je lui parlais de Dante; et j’étais ému devant la soif qu’il avait de cette grande source. Un jour, je lui racontai comment j’avais contemplé dans la cathédrale d’Amiens, l’Espérance sculptée telle que le poète la chante dans le Paradis, quand Béatrice, au huitième ciel, lui montre le baron « pour qui, là-bas, on visite la Galice », et quand saint Jacques l’exhorte : « Dis ce qu’elle est. »

Dante et le tailleur de marbre inconnu avaient fidèlement traduit, l’un dans la tierce-rime, l’autre dans la matière dure, la définition que donne de l’Espérance, dans son Formulaire, un théologien de France, Pierre Lombard, évêque de Paris. « Spes est certa expectatio futurae beatitudinis… »

« Spene » diss’io « è uno attender certo
della gloria futura… »

Mon ami resta longtemps pensif devant cette correspondance entre la cathédrale de pierre et la cathédrale de rythme, l’une jaillie de sa terre et l’autre de la mienne. Il semblait que j’avais rapproché Dante de lui et découvert dans la sublime masse gothique un point mystérieusement sensible où nos esprits pouvaient converger et communier.
(fin de citation)

Malheureusement D’Annunzio nous semble plus impressionné par l’accumulation et le volume (la masse, nous dit le traducteur) de l’oeuvre littéraire comme d’une cathédrale, que par le jeu d’esprit sur l’espérance qui est vite passé aux oubliettes, ce serait quoi d’attendu et de vite oublié ainsi, dans une méditation de la mort ?
A mon avis une grande partie de la jouissance à évoquer Dante vient de ce réflexe.