mardi 30 août 2016

Anotaciones klossowskianas

Anotaciones klossowsianas (DPK)

tómese el título de este primer documento no como una afirmación desde la cátedra, porque no corresponde, sino como una licencia de arte y ensayo por lo que respecta a la creación de neologismo

No obstante, la posibilidad de que el neologismo se disemine por el texto de la tesis y la colore puede facilitar la inmersión del lector en la investigación y el análisis de una obra total y de una inevitable biografía

primeramente anotar lo que no puede decirse, o lo que debe ser dicho con tacto y con una precaución académica en forma de grand style

si el orden familiar presente en las reflexiones de Pierre Klossowski dentro de sus retratos y desnudos conyugales, además de su obra novelística, debiese ser objeto de investigación posiblemente estaríamos enlazados en una compleja trama de vínculos y secretos en los que la investigación nos ha implicado personalmente y seguramente habremos de deber mantener una continuidad de la discreción de todos sus comentadores franceses, por mucho que el proyecto inicial hubiese sido el de descubrir el nudo que otorga la posibilidad de deshacer para siempre la unidad de sentido o de visión que Pierre Klossowski como autor, y quizás en distante sintonía con otros autores, parecía proponernos

en cierto modo es lo inagotable por comprometido de las situaciones lo que nos interesa poner en evidencia frente a un análisis que piensa privilegiar como sujeto central el conjunto de rasgos y estilemas artísticos de la obra plástica y secundariamente literaria de P.K.

si escribiésemos desde el franc-parler de los académicos americanos habríamos de referirnos a la pedofilia o al menos el incesto de la familia Klossowski en tanto que orienta la búsqueda artística de ambos hermanos, Balthus y Pierre, como una forma próxima al banditismo en una lectura moral y de género de la deriva de ambos durante prácticamente todo el siglo veinte Pero vamos a otorgar la licencia propiamente académica del entusiasmo y preservar el sentido inscrito en la voluntad artística que se encuentra en el trabajo de Pierre Klossowski como artista, sin pretender que ello le vaya a servir de salvoconducto en el juicio moral posiblemente necesario para una valoración del arte en tanto comportamiento

no obstante el imperativo de la discreción el propio Pierre Klossowski hace de la perversión una de sus grandes temáticas de escritura y de composición de relato plástico, así que es lógico que prestemos oído a todo lo que se pueda discutir con su obra delante

esto implica discutir aquello que haya pasado al ámbito de la discusión universitaria o que pueda ser introducido dignamente y sin perjuicio a personas terceras, y que un posible silencio acerca de pormenores biográficos no deba ser merma de la pertinencia de nuestra investigación

no tendríamos sino que irnos a la simple realidad de casi todos los pintores profesionales para comprender enseguida la imprescindible discreción que acompaña la simple existencia del artista en tanto que persona con un sustento económico, y si nos costase comprender el que no pueda decirse todo, se nos permitiese entonces tener suficiente amplitud de estilo para abordar los temas privados sin producir en las personas en vida ningún accidente o fragilización

debo decir que he vivido experiencias de pareja de artistas en las que tenía lugar una divulgación literaria de no solamente los conflictos mismos sino los puntos vulnerables de la otra persona-artista. He sentido la necesidad profunda de no censurar a estas parejas y de seguir fiel a la fraternidad de artistas a pesar de posibles hostilidades inscritas en la obra, y en ese sentido yo mismo me he podido en ocasiones sentir autorizado por mi parte igualmente a la indiscreción. En un primer momento desde el punto de vista de la moral esto sería inadmisible, pero se ha impuesto una razón artística que yo quiero señalar como particularmente específica a nuestra generación pero ya preformada por la problemática que plantea la obra sulfurosa y escandalosa de los Klossowski.

considero beneficioso para mi estudio el tiempo pasado entre mi tesina y el texto al que ahora doy inicio y la emergencia de una generación más joven de artistas

cómo mantener la primacía de la pintura y la necesidad de nuestro estudio sin el estado de cosas que la pintura joven establece ? la realidad parece haber seguido desde mi proyecto de tesis el hilo de mi trabajo sobre Klossowski, a veces trágicamente, ya que debemos lamentar la pérdida de una artista joven como Elisabel Prieto que había sacado mucho partido con sensibilidad y virtuosismo del regreso a la figura bajo los postulados posmodernos propios a los Klossowski

no pretendemos atribuir a la cultura francesa la más mínima primacía sabiendo bien que hay muchos otros focos de creación que alimentan el curso del arte de siglo a siglo, intentaremos interesarnos en ellos o al menos no dar pábulo al culto de la ignorancia. Destacaremos cuando podamos las sincronías y sintonías, las analogías estéticas de uno u otro siglo

A partir de cierta edad la precariedad tiene o deja secuelas, agravadas más o menos por la psiquiatría, y la fiesta mal vivida. No se trata de eliminar las secuelas, están donde están, representan la memoria de haber vivido algo, se trata de que el lector entienda una cierta falta o carencia en el texto que yo por ser escritor sería la cosa que menos podría explicar. No ver realmente bien la pantalla, incluso muy borrosa, situarse en cuclillas y con un pitillo encendido bajo las narices, velando aún más. La deficiencia de la atención, que hace leer como leía o aconsejaba leer Madame Guyon, por lectura meditativa, a trozos. Cada vez menos organizado, necesitando establecer un contexto exterior por este mismo acto de literatura, recordando que dos párrafos antes era cuestión de Pierre Klossowski, y que los párrafos entraban con brío, con algo universitario en el tono y en la claridad de exposición. Trataré de subirme al tren klossowskiano, llegado tarde, siempre demasiado tarde como el cuervo del poema de Edgar Poe decía.
Se hace necesaria una presentación de mi trabajo en París, bajo el simbólico salvoconducto klossowskiano. Una nueva novela, un nuevo relato y el perfil de una metafísica que opera sin duda para sostenerlo. Cuánto trabajo pasado, en francés en varios libros escritos, se pierde subsumido en la escritura activa, imposible de reanimar, perdido para el que solamente esté leyendo aquí y ahora. Nos vemos forzados a portar un luto por esa parte de nosotros mismos o a realizar su execración o su detestación de una u otra manera. Presumamos que los textos iban acordes a la vida y resumamos ésta poco a poco, en resumen completo.
Se trata de una vida de pintor. Se trata de no hacer vanas mis llamadas a ser considerado pintor, más allá de lo exuberante de mi obra en dispersión. Se trata de diseminación cuando se opera dispersión. Pintor filósofo pero de necesaria pintura cotidiana, de la necesidad cociente de un oficio.
Recientemente unos críticos de arte que pasaban hablando de pintura emergente bajo mi ventana por el callejón dejaban caer que algunos pintores andaban más ocupados por la vida que por el arte y por lo tanto en su obra el arte era menor, por mucho que pretendiesen y ambicionasen. Una pereza narcisista lo entendía casi como si me lo reprochasen a mí, solamente a continuación sentí la tristeza del caso alejarse.
A este respecto, cito a todo el que quiera oírme el dicho de Plinio el Viejo en su Historia Natural, el que el pintor siempre lo sigue siendo, pinte mucho o poco o nada, desde que lo ha sido y ha dejado una obra, para contraponerlo al escritor que lo es en el tiempo presente y si está activo. Excelente antropólogo como todos los filósofos paganos, Plinio nos augura posiciones a adoptar para vivir con esas atribuciones de las artes liberales, y mantener un sentido de la vida. Ser capaz de declinar los grados de esas intensidades sacerdotales de las formas y producciones de la representación.
Sólo el fatuo se place en el éxito. Hay otro éxito que es el de los tiempos cambiando y el mundo volcando sus nuevos juegos. La llegada a puerto sin ser reconocido, como ocurre en la Odisea al llegar Ulises a Itaca como un vagabundo. Ello concuerda con las execraciones del sujeto artista en el malditismo, que se resuelven en el reconocimiento no por la comunidad sino por los nuevos sujetos artistas execrados. En última instancia en el reconocimiento de cualquier calor humano. Calor humano que fatalmente anuncia para nosotros el final, el final del camino.
Y que suele ocurrir que esos hermanos nuevos y sobre todo hermanas, corren hacia nosotros llevando una maldición, predispuestos a involucrarnos nuevamente y más gravemente en la locura. Para volver al entorno klossowskiano ello era lo que se anunciaba en la hospitalaria acogida que tuvo lugar por parte de Denise y de su nieta Patience. Pero sobre todo en los romances en que entré con varias escritoras, que han terminado desastrosamente. Finalmente, no fue con Denise ni con Patience, que me remitían con elegancia a la lectura proseguida del legado de Klossowski y hablaban conmigo de pintura general y de la vida como se habla en los distintos barrios de Paris, no fue con ellas con las que se realizó mi perdición sino con las dos autoras francesas y la autora andaluza. Todavía me rodean en el aire como la telaraña de furias del Edipo tardío. Mi texto se arriesga a ser todo así, en piel de cocodrilo (icónica, no cara ). Bonito de ver, difícil de leer. Por un lado tira el bastón de ciego de Edipo y por el otro las telarañas de su taller, tensadas y destensadas por las furias. Por un lado mi libertad precaria y por el otro la de ellas, acuciante. Y se teje con los ojos la piel escamosa, magia prehistórica, puro fluir de la vieja parsimonia. Estoy en un escenario, así me recuerdo. Hecho de referencias museales, un poco circenses, el decorado no solamente es físico, sino que constituye una aventura. El viejo género de la novela, la novela que de pura y precaria que es ya es impura para cualquier trabajo de texto burgués. Apretando más las escamas quiero anunciar que ahora al escribir me ha sucedido un percance, he sido vampirizado por el alma femenina que ha querido poseerme y no tengo costumbre así que ando mareado, viviendo en texto a lo Emilio Salgari un momento de desmayo, pero en escama de cocodrilo.


La cifra del taller de Granada, el lugar del que vienen las frases que ahora leen, es el Desierto. He trabajado con ocasión de la película o el yutub Campesina y Marinera, sobre una cuadratura de Malcolm de Chazal, sacada del Apocalipsis, en la cual la base del cuadrado era la palabra Desierto, y yo lo interpreté como estar tumbado, trabajar en horizontal, y ha sido una evolución en metamorfosis la que ha empezado a tener lugar en el estado profundo de la horizontal del taller, que es de suelo de piedra de Sierra Elvira, antiguo a partir del siglo XVII o XVI. Las becarias de Al Raso, sin que yo me diera cuenta, inscribieron un corazón en el centro siempre vacío de la cuadratura, me emocioné mucho, aunque yo ando emocionado todo el rato. Si las furias que demuestran habitarme al menos por el testimonio de lo que ahora escribo, fuesen todas paranoicas no estaría yo en condiciones de evocar tantas cosas y de forma tan efusiva, hay un castillo que se constituye con las múltiples miradas de las mujeres más jóvenes o más mayores con las que se puede vivir en paz.

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