mardi 14 février 2017

peleas y amor en el gato

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Me había disfrazado de cantante de death metal. No, mejor, me había disfrazado de mujer. Fui recibido con aclamaciones por los académicos.

Pues yo una vez soñé que trabajaba. Las gatas debían hacer un striptease frente a mí, y yo les daba una calificación escrita.

Tengo una enciclopedia del trabajo, en mi desván, describe un millón de maneras de trabajar. La abro al azar y afilo mis uñas.

Sólo la nada existe. Una frase dicha al azar es la única definición de un gato. No se puede aproximar a la enciclopedia de la ontología si no es a zarpazos, el olor a cuero seco le espeluzna.

Dejad de pelearos, las sardinas existen.

Levanto el penacho y miro al suelo, me amoldo a la sardina sin obsesiones, como el agua de la vida, en la que con la sardina en la boca encontraré un sitio.

La masticación se parece a pronunciar la palabra "alegórico". El punto más importante y más secreto del ser gato es no despertar a la sardina al masticarla.

Esto sólo lo puede imaginar un gato : sardinas que saltan de las ventanas y caen en su tejado. ¿Has comido? Pues sabe que esa sardina que te comiste no existía, que era producto de tu obsesión y que sólo existe en un lugar : la pescadería. Y ahora con hambre acércate a mí, que soy tu gata.

La brevedad del tiempo me asusta en el fondo de tus ojos. La oscuridad está llamada a durar más que la estrella.

Tengo las constelaciones del cielo tatuadas en el cuerpo, y de un salto te acerco a la Luna. Tengo unos colmillos como diamantes, joyas que asesinan al pájaro y a la salamandra, si mi ascetismo no hubiese perdonado al pueblo de los reptiles, cambiándolos en fuego, para consagrarme exclusivamente a tu amor.

El beso es el gran secreto del gato, en su pintura no existe el relamido cínico del perro, su falta de control sobre los afectos. Por eso cuando te bese un gato, piensa cuántas veces no ha debido huir en las callejuelas.

Los gatos que copulan son un motivo en la porcelana que se derrama de la Luna.

En el casi sagrado silencio, una radio envía su saludo a todos los camioneros que escuchan la emisora, en un tono de voz tan bajo, que la respiración del pintor frente a la tela blanca de la noche cubría el lejano sonido de las autopistas y la música de tantos caminos, y de tantas ciudades en el universo.

Esta saliva y mi encía en tu tobillo son la corona de las hadas, herencia de toda gata es ser reina de los sueños.

¿Quién soy cuando te acaricio por sorpresa?

Sábelo ahora, el gato muere al pie del árbol de la ciencia, en la parte inexplorada del jardín. Pero siempre se puede dejar para otro día que tu gato se muera. El que agoniza rodeado de los cuidados de toda la familia es un sustituto del gato que conociste. Honorable sustituto de frágil edad que te comunicará de mi parte el testamento del gato.

Qué locuras pensamos juntos cuando somos uno solo...

Sirva el sexo para olvidar el obsesivo amor, sirvan los sentidos pulsantes y nuestra imaginación como un moño que se suelta, como la mujer poniendo su pie en el asiento de la silla, y desdibujando sus piernas. El sexo es como una medicina, jarabe dulce cuando es mentira piadosa, y desesperación cuando es verdad.

Un telescopio, una tela de araña, se casaron y juntos fueron una escalera de caracol.

Soy un niño que todavía piensa que existen los secretos y tú eres mi madre que me los cuenta, por eso quiero que nos casemos, esta misma noche, aquí, en la cama.

¿Qué te parece mi surrealismo sobre tu cuerpo desnudo?

El lenguaje como un piano que ya conoce demasiadas escenas, historias que ocultar con su delicada retórica.

No te diré nada, podremos amarnos en silencio, con el perfume de la tristeza en nuestro encuentro.

Respiro por mi frío hocico los jazmines impúdicos de tus senos, y abrazando la bola del mundo, mi corazón excitado se derrite en ti como en un vaso. No es nada personal, es solamente el destino.

La obra de arte había detenido el tiempo, y una sola nota, como tu gemido de gozo, constituía su belleza, su estética y la profundidad de tu pensamiento. Felino sonido de la magia en tu negro exultar de pantera, de fetiche prohibido.

Oh, una reina gata tiene senos hasta en los muslos, y sus uñas clavadas en el musgo. Una reina transformada en sapo de la lujuria, en bruja torturada por su demonio.

Mirlo que aún no has roto a cantar, ya no seré gato cuando tu música suene, sino todos los obsesos que reciben el alba como único descanso, con una estela de papeles escritos alrededor del camastro. Pronto una sombra que desaparece, un olvido, y tu canción maravillosa, a la que lamento no haber podido asistir.

Vayamos allá lejos, seremos profetas silenciosos, embelesados por la visión del vacío, veremos cine mudo, tendremos la impresión de que los retratos del museo nos están mirando, seremos algo distinto de lo que ya somos y no seremos nada, ven conmigo por entre las higueras y las altas plantas del borde del estanque. Vayamos a donde no va nadie, puesto que todo ha terminado.


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