varias estrofas a Berthe

tanto nos quisimos, amor
que lanzábamos destellos, brillos, fulgor
en aquel tiempo, y anoche y esta mañana
y ya no estás, se dice
mi perro interior a sí mismo
se impone la gravísima ausencia
que busca en el olor, en el humo
en las secuencias de color

en la barca de Orfeo hace calor
el amor, la flor, el rencor de la espina
el rojo color del morir y la vida
tu nombre de arcilla y de acero en ignición
la temperatura del sabio sometido a tentación
la taquicardia del fonógrafo suspirando
vagamente, todo el rato
la misma canción de amor

cómo saber del sabor de la mujer ?
la presunción y el oficio de seductor
nos hacen sabios en olor, humo y pátina
veladuras del lustre oscuro y cuando el azar
muestra las bellas señoras que he visto existir
entonces encuentro sabor, inspiración
la sensación de saborear un queso sublime
un queso fresco con su punto personal, oh Dios mío
yo no escribo más, me caigo para atrás
todo es culpa del pintor

vampirismo y proletariado, pecado
te interesaba el rubor y el riesgo arcaico
la santidad y la inocencia en el erotismo mismo
te interesaba pasarlo bien con alguien inteligente
y yo sabía aparentemente
me diste tus formas y hasta el tono de piel y el pubis
como la diosa egipcia que se revela al asceta
cuando habiendo ayunado y enjuto
bruto ya de sexo sediento, como el burro
espera la visita del ángel de la dulcura
que ya no puede explicar sin parecer obseso